Hemos de insistir en que el secreto de la raza es que, precisamente por
su sensibilidad, docilidad y por su unión con su dueño, el Dobermann será
siempre lo que este último quiera que sea. Si el dueño es un ser agresivo, hará
que su perro —de cualquier raza pero sobre todo de las llamadas de
«defensa»— sea agresivo. Pero al igual que sería injusto tildar a todos los
dueños de agresivos, también lo sería tildar a todos los Dobermanns de serlo.
Los psicólogos están de acuerdo en que si hay personas desequilibradas y
agresivas, se debe en casi todos los casos a un mal ambiente en el seno
familiar cuando esas personas eran jóvenes; lo mismo es plenamente
aplicable al perro —y no sólo al Dobermann, por supuesto.
He querido reducir la sección técnica a un mínimo, pero aún así he
creído oportuno incluir un pequeño estudio sobre la genética de la
transmisión del color del pelaje del Dobermann y una explicación detallada
del movimiento. El libro se completa con un corto resumen de algunas de las
hembras reproductoras más importantes y con la trayectoria de cinco de los
criaderos más históricos y relevantes de la raza.
Quisiera hacer constar mi agradecimiento a todos los que han
colaborado en la confección de este libro:
A Erie van Dongen de «Dobermanns van Stevinhage» (Holanda) por su
amabilidad al enviarme la información que le pedí acerca de los principios de
su criadero, de sus perros y de otros dobermanns de su país, y sobre todo por
haberme facilitado un buen número de las fotografías reproducidas en este
libro, muchas de ellas inéditas.
A Iris Ohler de «Dobermanns von Nymphenburg» (Alemania), no sólo
por haberme proporcionado la historia de su criadero sino por la
documentación e información que me ha dado acerca de la evolución de la
raza y por algunas de las fotografías antiguas que en este libro aparecen.
A Alison Kollenberg de «Dobermanns von Norden Stamm» (de
Australia) por sus fotografías y por el resumen que hizo hace ya algunos años
de la trayectoria de «von Norden Stamm», uno de los criaderos de mayor
renombre en todo el mundo.
Y muy particularmente quisiera agradecer la colaboración de un nuevo
pero verdadero aficionado a la raza, Nacho Bañares, por todos los dibujos y
caricaturas. Una vez más se ha podido demostrar que «vale más una imagen
que mil palabras», y estoy convencida de que el lector podrá asociar el
sentido de estas imágenes con alguna experiencia o impresión propia.
Mi agradecimiento se extiende asimismo a todos aquellos que han
tenido la gentileza de responder a mi ruego de enviar alguna fotografía de sus
perros para este libro, y a los distintos criadores que han estado dispuestos a
compartir algunos de sus secretos de crianza conmigo.
SUSAN A. STUTELEY
El Dobermann, Ese Gran Desconocido - Descargar libro Dobermann PDF